miércoles, 6 de enero de 2010

A diferencia de “la muerte de Martín”, la de Martí todo el país la supo





Cientos de personas de los distintos sectores del país despidieron al polifacético artista y a sus personajes
Fue un gran hombre”, “un gran padre”, “un gran trabajador”, “un gran ser humano”, con frases como estas cientos de personas de distintos extractos sociales del país que fueron a darle el último adiós a Luisito Martí, se expresaron ayer tarde sobre la persona del polifacético artista, alrededor de su tumba en el Cementerio Cristo Redentor.
Con la presencia del Presidente de la República, doctor Leonel Fernández Reyna, la familia Martí (Marte-Rivera), recibió las condolencias del pueblo dominicano, representado en la gran multitud que se dio cita al lugar sacro, como muestra del aprecio que sentían por el destacado músico, actor, libretista, y productor de televisión. Respondiendo a preguntas de este redactor sobre las palabras de consuelo expresas por el presidente Fernández a sus familiares, Omar Martí señaló que el mandatario dijo lo mismo que le comunicó en una misiva, donde les exhortaba a “seguir el ejemplo de ese gran dominicano, que demostró entereza aún en los últimos momentos de su vida”.
Por todas partes del cementerio se pudo apreciar a diversas personas, que sin ser figuras de la televisión o del arte, demostraban con hondo pesar y lágrimas en los ojos, el dolor por la muerte de Luisito Martí, quien padecía de cáncer estomacal desde el 2008. El cortejo fúnebre partió a las cuatro de la tarde desde la funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln, hacia donde le aguardaba la que sería la última morada del actor de “las mil caras”, por la gran cantidad de personajes que encarnaba, cuyas imágenes ambientaron los alrededores de su tumba. Durante todo el trayecto del funeral en las calles que conducen al Cristo Redentor había varias personas de diversas edades dando el último aplauso a su artista, quien en vida hizo reír a grandes y chicos, ya que su humor, por ser sano, estaba dirigido a todas las edades. Varias escenas de admiración y aprecio hacia los parientes de Luisito fueron expresadas por sus seguidores, como la de las niñas Jhuana Mercid y Azize Núñez, que en un afiche contenía un mensaje para Robert Luis y su padre, mientras que una de ellas le a Robert decía: “Que Dios te acompañe y que te limpie”.
Rodeando el féretro con el cuerpo sin vida de Luisito Martí se encontraban su esposa, doña Milagros Rivera, sus hijos y nietos, entre otros parientes. En un momento de gran dolor y pesar donde no emanan las palabras, Omar Martí tomó un turno para pedir con breves y elocuentes frases el mejor regalo que se le podía dar a su padre.
“Nuestra mejor forma de despedir a papá es con un aplauso”, expresó Omar ahogado en el llanto, aplauso que inició entre los que más cerca del ataúd estaban, pero que se fue expandiendo por todo el campo fúnebre.
Expresando su dolor por la muerte de “El llorón”, como fue bautizado a raíz del éxito musical “La muerte de Martín”, cientos de personas despidieron el cadáver del humorista, quien falleció el pasado domingo aquejado de un cáncer de estómago. A su llegada al camposanto, el carro fúnebre que portaba los restos de Martí fue recibido con un fuerte aplauso que, de manera natural, brotó de la multitud de admiradores que le esperaba. Mientras que las canciones “Cuando un amigo se va” y “Adiós con el corazón”, temas que resumen las heridas que yacen en el alma de quienes pierden un ser querido, eran interpretados a ritmo de guitarras.
En el último momento del adiós a Luisito, cuando el féretro va a desaparecer para siempre de la vista de todos, los ojos de Robert Luis no pudieron ser testigos de la más triste y última escena de ese gran artista que fue su padre Luisito Martí.
Panegírico
El señor William Liriano, pariente bien cercano de la familia Marti-Rivera, expresó, en nombre de todos sus sobrevivientes, “nos sentimos agradecidos de él hoy, mañana y siempre, que Dios te abrace en su sublime manto. Parece que Dios entendió que en uno de sus hijos, Luisito Martí, no era justo que la angustia pudiera continuar y decidió acabar con su dolor. Estamos convencidos de que nuestro pariente no es uno de los llamados, sino uno de los escogidos, parece que al Divino Dios le están haciendo falta hombres buenos en el cielo. El talento que Dios le dio lo dirigía hacia el arte. El humor de Luisito era el humor más sano, no hubo vocablo descompuesto en él”.

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