El periodo navideño trae muchas alegrías y también, en medio de las alegrías, motivos para festejar algunos días libres de los funestos apagones.
Así es.
El servicio de la energía eléctrica, que debería ser permanente todos los días del año, por el que los dominicanos pagan una mensualidad, el Gobierno lo mantendrá de manera permanente solo cinco días, incluidos el 31 de diciembre y el 1 de enero.
En otras palabras, la responsabilidad de dar un servicio ininterrumpido se convierte en una conquista, en un regalo de Navidad.
Algo insólito y que no debería estar pasando en un país en vías de desarrollo y que transita el primer cuarto de un nuevo siglo.
No se trata, de todas formas, de un regalo.
El Gobierno, para que el país disfrute de este servicio ininterrumpido de energía eléctrica, tendrá que subsidiar con cerca de dos millones de dólares, equivalente a 74.7 millones de pesos que irán a las arcas de las empresas generadoras.
La población podrá contar con este servicio.
El dinero para pagarlo, que no estaba identificado en ninguna partida del presente presupuesto, tendrá que salir de alguna parte.
Dicho con otras palabras, será un dinero que saldrá de los impuestos de los contribuyentes.
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