viernes, 21 de mayo de 2010

No pregunte: ¿Quién le llama?, cuando la persona a quien llaman no está en el lugar



Por Félix Morillo

Resulta de muy mal gusto cuando llamamos por la vía telefónica a una persona, a su casa o lugar de trabajo, y que cuando decimos el nombre de esa persona el receptor pregunte: ¿Quién le llama?, para luego responder con un desagradable: “No está”.
Es posible que en verdad no esté la persona con deseamos hablar, pero también es muy posible, y es la idea que inmediatamente se apodera de nuestra mente, que nos estén mintiendo, y lo pero del caso es que a veces el indicado no está enterado, porque hay secretarias y hasta recepcionista que se toman atribuciones que no les corresponden.
No exageramos cuando decimos sobre la posibilidad de que nos mientan al decir que la persona no se encuentra, porque esta situación la hemos vivido, amigos nos han contando que han sido víctimas de ella y estoy seguro que muchos de los que están leyendo este artículo también la han padecido en carne propia.

Este no es un caso que ocurre con mucha frecuencia en los hogares y, cuando ha ocurrido, ha sido porque la persona en realidad se encuentra indispuesta y solo puede atender algunas llamadas de sumo interés para ambos. Hay que tomar en cuente también que se trata de un lugar personal, su residencia, cosa que hay que respetar por encima de todo.


En el caso del lugar de trabajo y sobre todo si esa persona es un funcionario, público o privado, no importa la posición que ocupe, pero que se supone que está allí para servir, para ofrecer un servicio, la situación es grave, dolorosa y traumática, aunque no frustrante, porque pierde más quien miente que a quien le mienten.

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