lunes, 9 de abril de 2012
Un Caballo provoca accidente en Comedero Arriba
Comedero Arriba, Cotuí.- Una persona resultó herida y con golpes en distintas partes del cuerpo tras ser atropellada por un caballo que galopaba sin control y a gran velocidad por la carretera Duarte del distrito municipal Comedero Arriba.
El hecho ocurrió el sábado 07 de abril al caer la noche en el sector la Sabana, frente al centro de salud de esta localidad.
La persona lesionada fue identificada como Radhamés Pérez Reyes, director del portal digital Comederoarriba.com, quien resultó herido en la parte derecha de su rostro y con golpes en la cabeza, en los antebrazos izquierdo y derecho, y en el costado derecho.
Además, el animal averió varios vehículos que se encontraban estacionados en el lugar, entre ellos una motocicleta de la denominada 115, un carro Toyota Camry 2008 y una Yipeeta, propiedad de la vicealcaldesa de Caballero.
El herido recibió atenciones médicas en el Centro de Atención Primaria (UNAP) de Comedero Arriba, en donde le indicaron una resonancia magnética para deteminar si había sufrico fractura en su cuerpo.
El caballo es propiedad de Checo Coronado, encargado de Medio Ambiente en el municipio de Fantino y zonas aledañas.
miércoles, 4 de abril de 2012
Viene al país la adoradora Michelle Calderón
Estará promoviendo su disco “Serenata”
Con el objetivo de promocionar su primera producción musical titulada “Serenata”, la adoradora cristiana Michelle Calderón estará en el país a partir del día 11 y hasta el 18 del mes en curso, días en los que estará realizando un Media Tours por importantes medios de comunicación dominicanos.
De la mano de la promotora Diakonia Ministry, Michelle Calderón, nativa de New Jersey, presenta esta producción, la cual fue concebida por el experimentado productor musical y salmista Roosevelt Martínez y el productor Ismael Ovalles, en Bryan Studio. La misma consta de 13 temas, de los cuales seis fueron compuestos por la artista cristiana.
El tema Promocional es una balada de adoración que lleva el nombre del CD, “Serenata”, corte que suena en varias emisoras locales, así como en Puerto Rico y Estados Unidos.
Michelle, además de salmista, junto a su esposo Ariel Calderón, es Pastora Asociada del Centro de Avivamiento, ubicado en la calle 27 en Camden N.J. donde asiste junto a sus 4 hijos; a la vez es Representante Internacional del "Centro El Buen Samaritano" en Vallejuelo, San Juan, República Dominicana, el cual es un Orfanato para niños necesitados.
Para conocer más sobre Michelle Calderón, pueden acceder a: www.michellecalderonmusic.com
lunes, 13 de febrero de 2012
JOB: EN LA SALA DE AUDIENCIA
Nadie sufrió más; nadie lo mereció menos
Por: Lic. Miguel Aníbal De La Cruz
La voz del alguacil imperiosamente ordenó a los presentes: ¡en pie¡ ¡Dios salve a este Honorable Tribunal¡ Los presentes en la sala de vista se alzaron. Los de las filas más alejadas, curiosos, no esperaron siquiera sentarse de nuevo para atisbar (mirar de reojo) al imputado. Los de la última fila no fueron menos. Se había hablado tanto de aquel juicio, y de la inocencia de un hombre que según la apariencia, era perfecto, recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Su nombre era Job.
Job tenía 7 hijos y 3 hijas. Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era más grande que todos los orientales. Los espectadores en la sala se preguntaban ¿cómo pudo suceder? Job, era hombre de levantarse todos los días a ofrecer a Dios, holocaustos y sacrificios, previendo, si algunos de sus hijos pecaban en su corazón con Dios. ¡De repente el mundo se había derrumbado sobre un solo hombre inocente!.
La realidad era que Satanás había herido el orgullo de Dios, diciendo “Acaso teme Job a Dios de balde?”, extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y veras si no blasfema contra ti en tu misma presencia", respondiendo Dios "He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solo respeta su vida". Así comenzó una contienda propuesta en el Cielo, pero puesta en escena en la Tierra. La medida de coerción, la audiencia preliminar, fueron un atropello total, se les violaron todas las garantías de derechos fundamentales en violación a las normas existentes; fabricaron pruebas aparentemente fehacientes hasta llegar a la apertura a juicio, sin embargo, él, no se explicaba como había ocurrido todo esto, lo único que lo mantenía firme, era su fe a Jehová.
El tribunal estaba compuesto por Satanás, quien fungía como Fiscal acusador; la victima constituida en actor civil, era su esposa y los abogados representantes de ella eran sus amigos Elifaz Tamarita, Bildad Suhita, y Zofar Naamatita, y finalmente por el Juez quien era el señor Dios. El Fiscal presentó su acusación, alegando que Job era “un pecador”, que esos pecados habían provocado: a) La pérdida de todas las propiedades de su esposa; b) La pérdida de todos los animales; c) La pérdida de todos sus hijos e hijas en perjuicio de la victima, haciendo hincapié sobre tales hechos, como medio de prueba. El Honorable y amante juez, preguntó al acusado, ¿tiene algo que alegar en su defensa, antes de que este tribunal dicte sentencia?, Job, se encontraba confundido, y en su mente solo pedía una cosa: La aparición de aquella persona que pudiera explicar su suerte miserable. El quería encontrarse personalmente con Dios, Cara a Cara. Respondió lleno de fe, "¡Dios dio, y Dios quitó"!, por tanto, no hay ningún pecado en tales pérdidas, aunque vengan del Señor Jehová de los ejércitos, entonces, es evidente que soy inocente.
Satanás, empezó a presentar todas pruebas ilegales y malditas que pudo; pruebas que fundamentaba en los hechos acontecidos, hacía énfasis en que era de tan magnitud el pecado que se refleja en su propia carne, en la piel donde reflejaba una sarna maligna al punto tal que no podía rascarse con las manos. Finalmente, el Fiscal, concluía diciendo, "y lo peor de todo es que no blasfema en contra de Dios". Su esposa, la victima, se mofaba de él, le atribuía toda su desgracia al acusado, por su fe ante Dios, al punto tal que le manifestó a Job: "Aun mantienes tu integridad?, maldice a Dios, y muérete". Sin embargo Job, respondió de la manera siguiente: "hablas como suelen hablar todas las mujeres fatuas, (presumidas, vanas, petulantes) ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?". Y en todo esto no pecó contra Dios.
Los abogados Elifaz Tamarita, Bildad Suhita y Zofar Naamatita, pronunciaron discursos elocuentes, respecto al porqué de tantos sufrimientos como castigo, sin embargo, el acusado se decía una y mil veces ¿Que he hecho yo para merecer tal sufrimiento?, y maldijo el vientre por donde nació, más nunca maldijo al Señor Jehová. La reputación de Dios estaba en juego. ¿Continuaría Job confiando en él, aun cuando su vida se desmoronara? Esta es la pregunta crucial del tema: Se volvería Job contra Dios?
Sus amigos (abogados de la esposa) fueron aun más crueles, argumentaban que Job estaba siendo castigado, que merecía completamente las tragedias que se desplomaron sobre él. Job por su parte, hacía lo que parecía imposible: seguir creyendo en un Dios amoroso y justo, aun cuando toda la evidencia iba en contra de un Dios que aparentemente lo había abandonado. Cuanto el Juez por fin dio la palabra al imputado, a los fines de que pudiera defenderse, y, si había lugar a atribuirle tales hechos a Dios; el acusado contestó: "He aquí que yo soy vil; que te responderé?
Mi mano pongo sobre mi boca. Una vez hablé, más no responderé. Aun dos veces, más no volveré a hablar.
Respondió el Juez (Jehová) y dijo: Cíñete ahora como varón tus lomos; yo te preguntaré, y tú me responderás. ¿Invalidarás tú también mi juicio? ¿Me condenarás a mí, para justificarte tu? ¿Tienes tú un brazo como el de Dios? ¿Y truenas con voz como la suya?
La sentencia fue la siguiente: Jehová quitó la aflicción de Job, y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job. Le otorgó, 14 mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes, y mil asnas, y tuvo siete hijos y tres hijas. Fue declarado inocente y resarcido grandemente.
Más tarde, o más temprano todos llegamos a pasar lo que vivió Job, pero tratamos de responder frente a cualquier situación como lo hizo él. CONFIEMOS EN DIOS.
Por: Lic. Miguel Aníbal De La Cruz
La voz del alguacil imperiosamente ordenó a los presentes: ¡en pie¡ ¡Dios salve a este Honorable Tribunal¡ Los presentes en la sala de vista se alzaron. Los de las filas más alejadas, curiosos, no esperaron siquiera sentarse de nuevo para atisbar (mirar de reojo) al imputado. Los de la última fila no fueron menos. Se había hablado tanto de aquel juicio, y de la inocencia de un hombre que según la apariencia, era perfecto, recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Su nombre era Job.
Job tenía 7 hijos y 3 hijas. Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era más grande que todos los orientales. Los espectadores en la sala se preguntaban ¿cómo pudo suceder? Job, era hombre de levantarse todos los días a ofrecer a Dios, holocaustos y sacrificios, previendo, si algunos de sus hijos pecaban en su corazón con Dios. ¡De repente el mundo se había derrumbado sobre un solo hombre inocente!.
La realidad era que Satanás había herido el orgullo de Dios, diciendo “Acaso teme Job a Dios de balde?”, extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y veras si no blasfema contra ti en tu misma presencia", respondiendo Dios "He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solo respeta su vida". Así comenzó una contienda propuesta en el Cielo, pero puesta en escena en la Tierra. La medida de coerción, la audiencia preliminar, fueron un atropello total, se les violaron todas las garantías de derechos fundamentales en violación a las normas existentes; fabricaron pruebas aparentemente fehacientes hasta llegar a la apertura a juicio, sin embargo, él, no se explicaba como había ocurrido todo esto, lo único que lo mantenía firme, era su fe a Jehová.
El tribunal estaba compuesto por Satanás, quien fungía como Fiscal acusador; la victima constituida en actor civil, era su esposa y los abogados representantes de ella eran sus amigos Elifaz Tamarita, Bildad Suhita, y Zofar Naamatita, y finalmente por el Juez quien era el señor Dios. El Fiscal presentó su acusación, alegando que Job era “un pecador”, que esos pecados habían provocado: a) La pérdida de todas las propiedades de su esposa; b) La pérdida de todos los animales; c) La pérdida de todos sus hijos e hijas en perjuicio de la victima, haciendo hincapié sobre tales hechos, como medio de prueba. El Honorable y amante juez, preguntó al acusado, ¿tiene algo que alegar en su defensa, antes de que este tribunal dicte sentencia?, Job, se encontraba confundido, y en su mente solo pedía una cosa: La aparición de aquella persona que pudiera explicar su suerte miserable. El quería encontrarse personalmente con Dios, Cara a Cara. Respondió lleno de fe, "¡Dios dio, y Dios quitó"!, por tanto, no hay ningún pecado en tales pérdidas, aunque vengan del Señor Jehová de los ejércitos, entonces, es evidente que soy inocente.
Satanás, empezó a presentar todas pruebas ilegales y malditas que pudo; pruebas que fundamentaba en los hechos acontecidos, hacía énfasis en que era de tan magnitud el pecado que se refleja en su propia carne, en la piel donde reflejaba una sarna maligna al punto tal que no podía rascarse con las manos. Finalmente, el Fiscal, concluía diciendo, "y lo peor de todo es que no blasfema en contra de Dios". Su esposa, la victima, se mofaba de él, le atribuía toda su desgracia al acusado, por su fe ante Dios, al punto tal que le manifestó a Job: "Aun mantienes tu integridad?, maldice a Dios, y muérete". Sin embargo Job, respondió de la manera siguiente: "hablas como suelen hablar todas las mujeres fatuas, (presumidas, vanas, petulantes) ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?". Y en todo esto no pecó contra Dios.
Los abogados Elifaz Tamarita, Bildad Suhita y Zofar Naamatita, pronunciaron discursos elocuentes, respecto al porqué de tantos sufrimientos como castigo, sin embargo, el acusado se decía una y mil veces ¿Que he hecho yo para merecer tal sufrimiento?, y maldijo el vientre por donde nació, más nunca maldijo al Señor Jehová. La reputación de Dios estaba en juego. ¿Continuaría Job confiando en él, aun cuando su vida se desmoronara? Esta es la pregunta crucial del tema: Se volvería Job contra Dios?
Sus amigos (abogados de la esposa) fueron aun más crueles, argumentaban que Job estaba siendo castigado, que merecía completamente las tragedias que se desplomaron sobre él. Job por su parte, hacía lo que parecía imposible: seguir creyendo en un Dios amoroso y justo, aun cuando toda la evidencia iba en contra de un Dios que aparentemente lo había abandonado. Cuanto el Juez por fin dio la palabra al imputado, a los fines de que pudiera defenderse, y, si había lugar a atribuirle tales hechos a Dios; el acusado contestó: "He aquí que yo soy vil; que te responderé?
Mi mano pongo sobre mi boca. Una vez hablé, más no responderé. Aun dos veces, más no volveré a hablar.
Respondió el Juez (Jehová) y dijo: Cíñete ahora como varón tus lomos; yo te preguntaré, y tú me responderás. ¿Invalidarás tú también mi juicio? ¿Me condenarás a mí, para justificarte tu? ¿Tienes tú un brazo como el de Dios? ¿Y truenas con voz como la suya?
La sentencia fue la siguiente: Jehová quitó la aflicción de Job, y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job. Le otorgó, 14 mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes, y mil asnas, y tuvo siete hijos y tres hijas. Fue declarado inocente y resarcido grandemente.
Más tarde, o más temprano todos llegamos a pasar lo que vivió Job, pero tratamos de responder frente a cualquier situación como lo hizo él. CONFIEMOS EN DIOS.