La versión de una mujer inteligente sobre el concierto de Jhonas Brothers
Una socióloga que asistió al concierto da su opinión acerca del concierto el pasado domingo de los hermanitos Jonas en el país."Escuchen, no conozco a los organizadores de ese evento. En mi vida los he visto, y si los he visto, no me he percatado de haberlo hecho. Pero sí les aseguro que si hubiera tenido el poder de ir a parar el concierto y darle un ultimátum a los organizadores, de que arreglaran el sonido antes de continuar con el concierto y seguir engañando a nuestros jóvenes y niños, burlándose de los estúpidos padres dominicanos o lo que fuéramos, que pagamos sea lo que sea que hayamos pagado…lo hubiera hecho. Basta ya de jugar con nuestro dinero y nuestro tiempo".Seguir leyendo la cartita que nos envió... Euforia. “Estado de ánimo propenso al optimismo”Esto fue lo que ví en la noche del domingo en el concierto de Jonas Brother. Chicas eufóricas chillando ante la más mínima expresión de unos chicos, que si bien es cierto son lindísimos y en honor a la verdad cantan preciosísimo, igual de cierto es que ambas cosas las sé y no específicamente por el concierto.Pues que las niñas hayan disfrutado hasta más no poder, ¡que bueno!, porque en realidad, esa fue la gran idea de invertir el dinerito en ese fin. Y digo dinerito porque como todos sabemos, hubo de los que pagaron mucho más dinerito que los que estaban en la Grada Oeste, como yo.Pero esos que pagaron otras cantidades espero que al menos hayan podido escuchar un sonido aunque sea ligeramente diferente al que escuche.Parece que tengo boca de chivo, porque desde que salió el grupo musical que antecedió a los dichosos hermanos, comenté a mis amigos que el sonido estaba muy mal. Sin embargo, de tonta, ignorante, pariguaya, inocente o lo que ustedes deseen decir, tenía la esperanza de que no fuera el mismo sonido que los hermanos que vienen de tan lejos y con tantos recursos $$$$.Cuchuplún!!!!! (Guuppphhhppp) Me cayó un jarro de agua fría, y no fue porque lloviznaba o como dicen en el campo porque jarineaba aunque se escribe “harineaba” según el diccionario de MS Encarta, sino porque exactamente como me lo había temido… el sonido del espectáculo seguía intacto y desastrosamente desequilibrado.Entonces, los chillidos animosos de las chicas se convertían durante toda la velada en mi más fiero enemigo porque lo que estaba tratando de hacer era escuchar aunque sea un poquito la voz de esos chicos tan buenosmozos todos a ver si yo era la loca que pensaba que los representantes de un concierto como ese no se iban a perder con el sonido cuando todo el mundo dio tanto dinerito para que las polluelitas de la casa fueran a conocer aunque sea de lejos a los hermanitos Jonas.Y sí. digo aunque sea de lejos… porque en realidad, hasta esperaba que al menos pusieran unas pantallas gigantes que de verdad uno pudiera verlos aunque sea un poquito mejor.No sé si será porque ya la edad me está poniendo cegata, pero yo vi muy poco, aunque bueno… aunque sea los ví (valga la redundancia). Lo mejor fue que aunque sea las niñas, alejadas de tanto pensar y pensar como solemos hacer los adultos, y tomando en cuenta que a ellos aún no les ha dado por ser exigentes en sus demandas, y mucho menos cuando de ir a un concierto se refiere, se lo gozaron hasta mas no poder.Pero que quede claro. No fue porque oyeron a los Jonas Brothers cantar. Fue porque se sabían las canciones de memoria, y entre la euforia de toda esa población, que entre todos formaban parte de una pequeña élite (y no por dinero, sino por dichosas) y el por lo menos oler de lejos el perfume de los hermanitos y saborear un poco el placer de que sus ídolos estaban tocando tierra dominicana, se perdió la realidad de que no se escuchaba ni una pizca de lo que cantaban. Y me estaré quedando ciega, pero sorda, aún no.Pues bien mis queridos amigos….Y antes de decir lo último que voy a decir, quiero reiterarles algo; no fue que me pasé el concierto con una cara de perro bravo. No que va.Pero sí les aseguro que si hubiera tenido el poder de ir a parar el concierto y darle un ultimátum a los organizadores, de que arreglaran el sonido antes de continuar con el concierto y seguir engañando a nuestros jóvenes y niños, y seguir burlándose de los estúpidos padres dominicanos o lo que fuéramos, que pagamos sea lo que sea que hayamos pagado…lo hubiera hecho y sí…lo hubiera hecho con una cara de perro bravo, aunque sin decir una sola mala palabra. Que conste en acta.Y es que estoy cansada de que el pueblo dominicano no exija la calidad en lo que compra. Me hastía ver de qué manera nosotros una y otra vez aceptamos calladamente mediocridades porque no somos capaces de exigir nuestros derechos. Y encima de todo eso es lo que le estamos enseñando a nuestros hijos.Escuchen, no conozco a los organizadores de ese evento. En mi vida los he visto, y si los he visto, no me he percatado de haberlo hecho. Y no porque no se merezcan que alguien o yo los vea y los reconozca, sino porque esta tonta cabeza mía está demasiado ocupada con otras cosas al margen de lo mala que soy con las caras y los nombres.No sé si son buenos, o malos, y llámense como se llamen, sea Pancracio, Hermenegildo, Pérez o Guachinango,…. carajo…. basta ya de jugar con nuestro dinero y nuestro tiempo. Basta ya de faltas de respeto a nuestras expectativas, es un asunto de prestar un poco mas de atención en dar al publico lo mejor de lo mejor.No digo que haya sido a propósito, pero de verdad que me indignó verme escuchando un concierto sin ni siquiera poder hacerlo. Mis queridos amigos.. para mi...eso no fue un concierto, eso fue un grupo de chicos y chicas nuestras cantando a todo lo que da, y oliendo la carne porque es muy cara para comérsela.Marisol Marion-Landais, PMP.
Una socióloga que asistió al concierto da su opinión acerca del concierto el pasado domingo de los hermanitos Jonas en el país."Escuchen, no conozco a los organizadores de ese evento. En mi vida los he visto, y si los he visto, no me he percatado de haberlo hecho. Pero sí les aseguro que si hubiera tenido el poder de ir a parar el concierto y darle un ultimátum a los organizadores, de que arreglaran el sonido antes de continuar con el concierto y seguir engañando a nuestros jóvenes y niños, burlándose de los estúpidos padres dominicanos o lo que fuéramos, que pagamos sea lo que sea que hayamos pagado…lo hubiera hecho. Basta ya de jugar con nuestro dinero y nuestro tiempo".Seguir leyendo la cartita que nos envió... Euforia. “Estado de ánimo propenso al optimismo”Esto fue lo que ví en la noche del domingo en el concierto de Jonas Brother. Chicas eufóricas chillando ante la más mínima expresión de unos chicos, que si bien es cierto son lindísimos y en honor a la verdad cantan preciosísimo, igual de cierto es que ambas cosas las sé y no específicamente por el concierto.Pues que las niñas hayan disfrutado hasta más no poder, ¡que bueno!, porque en realidad, esa fue la gran idea de invertir el dinerito en ese fin. Y digo dinerito porque como todos sabemos, hubo de los que pagaron mucho más dinerito que los que estaban en la Grada Oeste, como yo.Pero esos que pagaron otras cantidades espero que al menos hayan podido escuchar un sonido aunque sea ligeramente diferente al que escuche.Parece que tengo boca de chivo, porque desde que salió el grupo musical que antecedió a los dichosos hermanos, comenté a mis amigos que el sonido estaba muy mal. Sin embargo, de tonta, ignorante, pariguaya, inocente o lo que ustedes deseen decir, tenía la esperanza de que no fuera el mismo sonido que los hermanos que vienen de tan lejos y con tantos recursos $$$$.Cuchuplún!!!!! (Guuppphhhppp) Me cayó un jarro de agua fría, y no fue porque lloviznaba o como dicen en el campo porque jarineaba aunque se escribe “harineaba” según el diccionario de MS Encarta, sino porque exactamente como me lo había temido… el sonido del espectáculo seguía intacto y desastrosamente desequilibrado.Entonces, los chillidos animosos de las chicas se convertían durante toda la velada en mi más fiero enemigo porque lo que estaba tratando de hacer era escuchar aunque sea un poquito la voz de esos chicos tan buenosmozos todos a ver si yo era la loca que pensaba que los representantes de un concierto como ese no se iban a perder con el sonido cuando todo el mundo dio tanto dinerito para que las polluelitas de la casa fueran a conocer aunque sea de lejos a los hermanitos Jonas.Y sí. digo aunque sea de lejos… porque en realidad, hasta esperaba que al menos pusieran unas pantallas gigantes que de verdad uno pudiera verlos aunque sea un poquito mejor.No sé si será porque ya la edad me está poniendo cegata, pero yo vi muy poco, aunque bueno… aunque sea los ví (valga la redundancia). Lo mejor fue que aunque sea las niñas, alejadas de tanto pensar y pensar como solemos hacer los adultos, y tomando en cuenta que a ellos aún no les ha dado por ser exigentes en sus demandas, y mucho menos cuando de ir a un concierto se refiere, se lo gozaron hasta mas no poder.Pero que quede claro. No fue porque oyeron a los Jonas Brothers cantar. Fue porque se sabían las canciones de memoria, y entre la euforia de toda esa población, que entre todos formaban parte de una pequeña élite (y no por dinero, sino por dichosas) y el por lo menos oler de lejos el perfume de los hermanitos y saborear un poco el placer de que sus ídolos estaban tocando tierra dominicana, se perdió la realidad de que no se escuchaba ni una pizca de lo que cantaban. Y me estaré quedando ciega, pero sorda, aún no.Pues bien mis queridos amigos….Y antes de decir lo último que voy a decir, quiero reiterarles algo; no fue que me pasé el concierto con una cara de perro bravo. No que va.Pero sí les aseguro que si hubiera tenido el poder de ir a parar el concierto y darle un ultimátum a los organizadores, de que arreglaran el sonido antes de continuar con el concierto y seguir engañando a nuestros jóvenes y niños, y seguir burlándose de los estúpidos padres dominicanos o lo que fuéramos, que pagamos sea lo que sea que hayamos pagado…lo hubiera hecho y sí…lo hubiera hecho con una cara de perro bravo, aunque sin decir una sola mala palabra. Que conste en acta.Y es que estoy cansada de que el pueblo dominicano no exija la calidad en lo que compra. Me hastía ver de qué manera nosotros una y otra vez aceptamos calladamente mediocridades porque no somos capaces de exigir nuestros derechos. Y encima de todo eso es lo que le estamos enseñando a nuestros hijos.Escuchen, no conozco a los organizadores de ese evento. En mi vida los he visto, y si los he visto, no me he percatado de haberlo hecho. Y no porque no se merezcan que alguien o yo los vea y los reconozca, sino porque esta tonta cabeza mía está demasiado ocupada con otras cosas al margen de lo mala que soy con las caras y los nombres.No sé si son buenos, o malos, y llámense como se llamen, sea Pancracio, Hermenegildo, Pérez o Guachinango,…. carajo…. basta ya de jugar con nuestro dinero y nuestro tiempo. Basta ya de faltas de respeto a nuestras expectativas, es un asunto de prestar un poco mas de atención en dar al publico lo mejor de lo mejor.No digo que haya sido a propósito, pero de verdad que me indignó verme escuchando un concierto sin ni siquiera poder hacerlo. Mis queridos amigos.. para mi...eso no fue un concierto, eso fue un grupo de chicos y chicas nuestras cantando a todo lo que da, y oliendo la carne porque es muy cara para comérsela.Marisol Marion-Landais, PMP.